Una hazaña agrícola: 1 680 hectáreas sembradas en solo 20 días en Ramallo

Organización, tecnología y compromiso familiar. Esos fueron los tres pilares que permitieron al contratista Mariano Ostán alcanzar una marca poco común en el corazón agrícola de Buenos Aires: sembrar 1 680 hectáreas en apenas 20 días corridos, sin descanso, abarcando siete cultivos distintos y con un equipo mínimo pero altamente sincronizado.

Desde la localidad de El Paraíso, partido de Ramallo, Mariano y su hijo de 26 años lideraron una campaña de siembra intensa, planificada al detalle y ejecutada con precisión. En un contexto donde el tiempo y la eficiencia definen la rentabilidad de cada campaña, su experiencia y estrategia resaltan como un modelo a seguir.

 

Diversificación con una sola máquina: el poder de la sembradora Neo

El dato que más llama la atención no es solo el volumen de hectáreas trabajadas, sino la diversidad de cultivos implantados en un mismo período: trigo, cebada, arveja verde y amarilla, lenteja, alpiste y vicia. Una rotación planificada, orientada a cubrir nichos de mercado y mejorar la salud del suelo.

Este logro fue posible gracias a una sembradora Neo de Indecar, equipada con tecnología de adaptación rápida y sistema hidráulico Plant Force, que asegura una presión de siembra constante. Esta funcionalidad permite mantener la profundidad y el contacto semilla-suelo aun en terrenos heterogéneos, reduciendo riesgos de emergencia despareja.

“Es una sembradora muy práctica, rápida para regular y con buena movilidad. No perdimos tiempo en traslados ni ajustes entre cultivos”, explicó Mariano en una entrevista para Bichos de Campo.

Además, la Neo permite un plegado eficiente para el traslado entre lotes, clave para contratistas que deben optimizar tiempo entre operaciones.

 

Turnos, logística y coordinación: sembrar sin pausa

El equipo de trabajo fue reducido, pero extremadamente organizado:

  • Mariano se encargó del turno nocturno (23 a 6 h).

  • Su hijo lideró el turno diurno.

  • Dos asistentes estuvieron a cargo del reabastecimiento de insumos, carga de tolvas y ajustes menores.

Esta división clara de tareas, con funciones bien delimitadas, permitió que la sembradora trabajara sin pausas durante 20 días, bajo condiciones climáticas favorables. No hubo improvisaciones: cada movimiento fue planificado, cada insumo, anticipado.

“La clave fue la logística: no improvisamos nada. Sabíamos qué hacer cada día, en qué lote y con qué cultivo. Eso nos dio ritmo y confianza”, comentó Ostán.

 

Trayectoria, formación y vocación

Con 45 años y más de dos décadas como contratista rural, Mariano Ostán es egresado de la Escuela Agrotécnica de Rueda, en la provincia de Santa Fe. Su vínculo con el agro es tan natural como técnico. “Desde que tengo uso de razón estoy entre los fierros”, dijo con orgullo.

La transmisión de conocimiento a su hijo es parte de una continuidad generacional que muchas veces no se visibiliza, pero que forma parte del tejido productivo rural: jóvenes que, más allá de los desafíos del campo, eligen continuar con la actividad familiar apostando a la innovación y a la eficiencia.

 

Resultados visibles y clientes satisfechos

A pocas semanas de haber finalizado la siembra, los cultivos comenzaron a emerger con uniformidad y sanidad sobresaliente, confirmando el acierto en las decisiones agronómicas, mecánicas y humanas. Los clientes de Ostán destacaron la prolijidad del trabajo y la calidad de implantación.

“No hubo sobresaltos. Todos están conformes, los cultivos ya están nacidos y bien distribuidos”, dijo Mariano.

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