El trigo argentino atraviesa uno de los momentos más prometedores de los últimos años. Según los informes del GEA de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), la campaña 2025/26 podría convertirse en la mejor de la historia para la región núcleo, con rendimientos proyectados que oscilan entre 40 y 80 quintales por hectárea, dependiendo de la zona.
Con un 85% del cultivo en condiciones excelentes a muy buenas, el potencial de producción podría superar las 7 millones de toneladas, una cifra inédita desde que el GEA comenzó sus registros hace 18 años. Nunca antes el trigo había llegado a su período crítico con un piso tan alto de expectativas.
Condiciones excepcionales y desafíos presentes
La combinación de óptimas reservas de humedad y temperaturas moderadas generó un escenario ideal para el desarrollo del cultivo. Sin embargo, las lluvias persistentes también trajeron ciertos riesgos: anegamientos en sectores puntuales y presión de enfermedades como roya, mancha amarilla y fusariosis.
Los técnicos de la región informaron que las últimas precipitaciones fueron más moderadas y que la alternancia entre lluvias y días soleados ayudó a bajar el riesgo de fusariosis, especialmente en las zonas con mayor densidad de siembra. Además, la mayoría de los productores ya realizó tratamientos preventivos y reproductivos para cuidar el cultivo en esta etapa clave.
El entusiasmo es generalizado, y no es para menos. “Los productores están entusiasmados y no escatiman gastos para cuidar el trigo”, destacan desde el GEA, aunque advierten que “el trigo es como una carrera con obstáculos” y que aún restan superar los desafíos climáticos y sanitarios de las próximas semanas.
Rindes por zona: pisos firmes y techos históricos
Los reportes locales confirman el alto potencial de rendimiento:
Estas proyecciones superan ampliamente los resultados de las campañas 2017/18 y 2021/22, consideradas hasta ahora las más productivas de los últimos 16 años.
Perspectivas para los próximos días
El panorama climático sigue siendo el principal foco de atención. El GEA advierte que un nuevo sistema frontal frío podría traer chaparrones en el corto plazo, aunque los acumulados previstos serían moderados. Septiembre cerró con lluvias por encima del promedio —61 mm frente a una media histórica de 50—, lo que deja al suelo con buena disponibilidad hídrica para el tramo final del ciclo.
Con este escenario, el trigo entra en su período más crítico con una base sólida y un potencial histórico. Si el clima acompaña y las enfermedades se mantienen bajo control, la región núcleo podría alcanzar la campaña más exitosa en casi dos décadas.
¿Podrá el trigo argentino romper finalmente su techo histórico y consolidar una nueva etapa de expansión para el cultivo?